lunes, 17 de mayo de 2010

Ayer fue un día triste para todos

Ayer murió Abel, un ciclista, un compañero en la autovía de San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife, arrollado por una furgoneta conducida por un joven borracho a las 7 y 20 de la mañana. Otro más, en la autovía que se ha convertido en el desahogo de de la marcha nocturna, dejada de la mano de Dios y de la policía local. Otro suceso dramático para el colectivo ciclista, que creo que debería levantarse y gritar ¡basta!. Creo que sería recomendable una marcha de protesta, desde la Avenida de Anaga hasta el lugar donde murió Abel, para reclamar más seguridad y respeto para todos los ciclistas, para todos nosotros. ¡Estamos hartos! Como tantos otros compañeros, lo único que hizo fue salir temprano, para aprovechar la mañana, a rodar por el único recorrido de esparcimiento deportivo que tiene esta maldita ciudad, y allí le estaba esperando la muerte.


Dicen que no respetamos las normas de circulación, que nos saltamos los semáforos. ¿Y quién los dice? ¿Los automovilistas acostumbrados a rozarte el codo cuando van a velocidad excesiva en esa vía o en cualquier otra carretera de esta isla? ¿Los mismos usuarios que no respetan la distancia mínima lateral al efectuar un adelantamiento? ¿los mismos que conducen borrachos y desconocen los derechos que tenemos, como rodar en paralelo y en grupo? ¿Los mismos que si estás parado en un semáforo no te dejan casi salir porque te pasan por encima? ¿los mismos que te cierran en una esquina, haciendo que no te ven, a pesar de que les gritas y te obligas a ir vestido con ropa de colores chillones y fluorescentes para que te vean? ¿donde está la policía local y la Guardia Civil? ¿Cuantos más van a morir para que hagan algo? ¿quien será el próximo? ¿Me tocará a mí la próxima vez?...

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